martes, 19 de diciembre de 2017

Andar con los ojos en la acera.

Boulevard Pasteur. Tánger. Dic.2017. Foto A. Bouziane.

Marruecos ha apostado por Tánger. La ciudad está patas arriba, está creciendo a velocidad de vértigo con una acumulación brutal de inversiones, que todas ellas giran alrededor del monumental puerto Tánger-Med, que se inauguro ya por el año 2007. También cabe mencionar, la  remodelación y la modernización de su mítico y antiguo puerto marítimo, que está en su fase final. Paralelamente, a estas dos obras faraónicas, la población de Tánger ha pasado de 1.000.000 de habitantes en 2011 a rozar actualmente los 2.500.000. La gente en la calle afirma que la cantidad real sobrepasa los 3.000.000 y me lo creo. “Efecto llamada”. La verdad que da miedo.

Marruecos ha querido que Tánger sea el mayor emporio comercial del Mediterráneo y simultáneamente ha querido afianzar el desafío del flujo turístico y migratorio, Ese último reto implico más inversiones en infraestructuras para que la ciudad pueda albergar a  inversores, curiosos y la imparable migración rural. Eso implico, sin piedad, el asentamiento salvaje y devastador de la construcción por toda la ciudad y el levantamiento de mogollón de hoteles en el paseo marítimo.

Pero hoy quiero hablar de las aceras de Tánger:

Han pasado ya varios años y aún me sorprende que todo el mundo siga pasando por alto el insoportable estado de las aceras en Tánger. Es inaguantable e indecente transitar a pie por prácticamente toda la ciudad. Siempre he creído que ésta era una asignatura pendiente. Pensándolo, escribo. En cada esquina uno se cruza, en cada palmo de acera, con roturas, lozas que faltan, baches, alcantarillas mal puestas, bordillos levantados, escalones, obstáculos, desniveles, falta de pavimento… y sin hablar, como no, de la suciedad, de la basura y de la ocupación inapropiada por parte de cafeterías y comercios de los espacios públicos así, como no, de la descomunal venta ambulante. El panorama real es nefasto y tiende más  a empeorar. Creo que a las autoridades solo esperan el gesto de decepción y de malestar con mofas y críticas a base de bien. ¡Eso parece! Los transeúntes residen en el más allá y parecen que han tragado pastelitos alucinógenos. La gente parece extraordinaria, muestra su ternura y su agradecimiento a la ciudad de Tánger por esta dejadez, argumentando como está actualmente y hasta donde ha llegado con las dos obras faraónicas de los dos puertos y que las cosas en otros lugares están aún peor. Vaya tontería de reflexión, deberían estar disgustados y heridos. Urge la necesidad de levantar una denuncia del estado imposible de las aceras, y reflexionar. ¡Impotente! entonces es cuando me pongo malo, es cuando todo mal.

Calle Holanda. Tánger. Dic.2017. Foto A. Bouziane.

Ex-Calle Murillo. Tánger. Dic.2017. Foto A. Bouziane.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradecemos de antemano su aportación.

Marruecos, La Meca de los homosexuales

Sufrimiento. Colección Esperanza. 2016. Acrílico sobre lienzo 60x80cm.  A principio de los 50´ fue realmente cuando Tánger se metió de lleno...