viernes, 18 de enero de 2008

RAISULI, GRANDEZA Y MISERIA.

Fotograma de: (The Wind and the Lion) El Viento y el León, película sobre Raisuli.
Cuentan que hace cosa de un siglo El Raisuli, señor de los beréberes del Rif, le escribió al presidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt algo como esto: «Usted es el viento y yo soy el león. Yo soy el león y tengo que quedarme en mi sitio. Usted es el viento y no sabe cuál es el suyo». Por eso siempre me imagino a El Raisuli como un hombre poderoso y valiente.
Ahmad ibn Muhammad al-Raysuni o al-Raisuni o Raisuli (1875-1925) era su nombre completo. Descendiente del Profeta Mohamed, nació en Zinat, alrededores de Tánger. Era alto y guapo, pero poco inteligente si he de ser sincero. Es conocido mundialmente como “El León del montañas”, aunque los españoles le llamaban el Caudillo marroquí. Fue el cabecilla berebere. Se hizo internacionalmente famoso por los secuestros de Walter Harris, corresponsal del diario London Times en Tánger, del ciudadano norteamericano Ion Perdicarus (1904), y del coronel de la guardia del sultán sir Harry Maclean (1907), por las cuales exigió altísimos rescates. En 1920 se unió al movimiento rebelde de Abd-el-Krim, pero luego rompió con él y se sometió a España a la que facilitó la ocupación de Asilah y Larache, debido a lo cual parece que El Raisuli hasta colaboró y pactó con los españoles en la Guerra de Marruecos. Aliado y enemigo de España. Complejo personaje, figura controvertida hasta en su propio país, nunca se le han reconocido ni siquiera sus esfuerzos por mantener a Marruecos fuera del dominio de los extranjeros.
Es innegable que El Raisuli utilizó métodos que muchos consideran propios de un bandido. Llegó a secuestrar a extranjeros para recibir cuantiosos rescates, base de su inmensa fortuna. Estaba dotado de una ambición desmedida, tanto por la riqueza personal, como por la consideración, casi sagrada, que creía merecer por su origen cherifiano (Descendiente del Profeta), de ahí que ejerciera su poder de manera feudal e inclemente, lo que le valió la enemistad de muchas cabilas. Pero, ante todo, era un patriota, a su manera, que supo manejar con habilidad la torpeza de los mediocres dirigentes políticos españoles en beneficio de una independencia que, por desgracia, no pudo lograr en vida. No dudó en escribir al presidente norteamericano Wilson, después de la primera Gran Guerra, solicitando su ayuda para que Marruecos fuera independiente. Su negativa a pactar con Abdelkrim frente a España le costaría el cautiverio en manos del rifeño y, posteriormente, la muerte.

Campamento del Bandido Raisuli.
Hace un siglo, exactamente en 1904, Raisuli cometió la imprudencia de secuestrar en Tánger al norteamericano Ion Perdicaris. Roosevelt, en plena campaña presidencial y en la víspera de la crisis Marroquí del año siguiente, despachó de inmediato una flotilla de siete buques de guerra y un destacamento de marines con una única consigna: «Perdicaris vivo o Raisuli muerto». Perdicaris fue liberado sano y salvo. El León del desierto no consigue su propósito, porque una cosa es secuestrar ingleses y otra secuestrar norteamericanos. Los marines, rápidamente, ponen en su sitio al Sultán de las montañas. Esta actuación de EE.UU. fue respondida por las otras potencias europeas, especialmente Alemania, en una época en la cual todas las grandes potencias tenían intereses en la zona y, por ello, surgieron una serie de fricciones e incidentes como éste que preludiaron la Primera Guerra Mundial.

Raisuli con su hijo en Monte Buhaxen 1922.
El paso de este singular personaje por la historia del norte de Marruecos fue a la vez entretenida e interesante. Debemos hacer una extensa reflexión sobre aquella época para poder acercarnos al verdadero contexto histórico de aquél entonces. Me refiero a los intereses de las grandes potencias (Francia, Gran Bretaña, Alemania...) en Marruecos, así como a la nefasta política exterior de Estados Unidos que de una forma u otra está siempre en todos los conflictos internacionales.
Al final Raisuli lo perdió todo, pero hasta su muerte en 1925 seguía replicando que: “Hay cosas en la vida por las que merece la pena perderlo todo”.

1 comentario:

  1. Mi abuelo era descendiente de Raisuli. Fue adoptado por un militar español cuando mataron a toda su familia. Le cambiaron su nombre,le dieron educacion en España, le quitaron sus bienes y a cambio le dieron un papel donde España le agradece que colaborara con su obolo a la campaña del Africa. Ese papel es lo único que mi familia conserva sobre el pasado. Como no tengo su verdadero nombre me cuesta mucho encontrar en internet a su familia. Pero escuché a mi abuela (su esposa) decir que era su hijo. Quizás puedan ayudarme a encontrar su origen.

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