Bárbara Hutton se compró su extraordinario palacete en la casbah de Tánger en 1946, y en 1947 hizo su primera escala en esta mítica ciudad, en la que se instaló de forma definitiva entre 1950 y 1960, y a la que sólo volvió una vez más, en 1975 para hacer un ultimo festejo de despedida. También hay que reseñar que durante su estancia en Tánger conoció a su séptimo marido Raymond Doan, que le duró poco. Durante aquellos diez años organizaba unas extravagantes fiestas cosmopolitas, contando con la presencia de todos los personajes famosos y dispares que residían en Tánger, y en las que abundaban las drogas y las bebidas alcohólicas. Durante este tiempo ya estaba medio paralítica y enmascarada como de cemento. Se comentaba que las drogas, el alcohol y los abusos la habían llevado a esa desgracia.Barbara Hutton en su Palacio de Tánger.
Bárbara Hutton heredó con temprana edad una descomunal fortuna. Fue considerada por la prensa del momento como "La joven afortunada que lo tenía todo", y con los años adquirió otro apelativo, pasando a ser conocida como "Pobre Niña Rica". Los medios de comunicación corrían detrás de ella por todo el mundo. Una vida llena de lujos, hombres, alcohol y drogas. Se casó siete veces. Entre sus maridos estaban dos príncipes, un barón y el conocido actor y celebre galán de Hollywood Cary Grant Cary Grant, sin duda ha sido el más honesto. Los malos ratos en su vida sentimental le empujaron a convertirse en una excéntrica derrochando su dinero en caprichos así como en una compradora impetuosa y compulsiva de colecciones de joyas, vestidos de alta costura y de majestuosas mansiones en todo el mundo. Llegó incluso a construirse una mansión japonesa en México. Y en 1945, regaló al Gobierno de EE.UU. su mansión londinense de Hyde Park, Winfield House, que se convertiría en la sede de la nueva embajada estadounidense en Londres. Los fracasos de sus relaciones con sus siete maridos, sus amantes y la muerte de su único hijo Lance, del cual nunca se preocupó realmente, en un trágico accidente de aeroplano con solo treinta y seis años, la marcarían durante el resto de su vida. Desesperada, estaba casi siempre ebria, regalaba sus joyas a amigos y desconocidos, repartía cheques al portador, montaba increíbles fiestas y viajaba para huir de si misma malgastando su fortuna y su vida. Sus siete matrimonios fueron sonoros fracasos, uno tras otro, y lo peor los divorcios la llevaron a la bancarrota. Sus apariciones públicas en estado de embriaguez se repetían constantemente. Incluso comenzó a mantener relaciones sexuales con desconocidos y hombres más jóvenes, a veces hasta pagando con dinero o joyas. Una vida rota. ¿Quién se atreve a desvelar el verdadero alma de Barbara Hutton? Era una de esas mujeres que marcó con su inmensa fortuna, y con su desgraciada vida sentimental, la crónica de la "High Society" cosmopolita del siglo XX, convirtiéndose tras su muerte en una de las "Divas" míticas.
Nacida el 14 de noviembre de 1912 en Nueva York, Barbara Woolworth Hutton era hija de una de las tres herederas más ricas de EE.UU. Edna Woolworth, y de un afortunado broker de Wall Street, Franklyn Hutton. Por su madre era nieta del magnate neoyorkino Frank Winfield Woolworth, el empresario más rico de América y dueño de los almacenes Winfield & Woolworth. En 1916, su madre se suicida dejando huérfana a su única hija de cuatro años de edad. A partir del trágico suceso, Barbara pasará una triste infancia y una difícil adolescencia. En 1933, a sus veintiún años cumplidos, Barbara Woolworth Hutton era la mujer más rica del mundo y pasa a gestionar oficialmente su friolera e inmensa herencia que superaba los cincuenta millones de dólares. Pero, esa fortuna la sume en una inestabilidad emocional, en una soledad absoluta, en ser rodeada de envidias, de falsas amistades y de pretendientes que desean sacar partido y beneficios.
Esta "Pobre Niña Rica", casi siempre, se encontraba sola y vacía. Todo lo que le podía proporcionar su fortuna lo perdía en su aspecto emocional y sentimental. Ha sido una desgraciada heredera. Sus estados de ánimo rozaban la depresión crónica, hecho que la convertirá en una adicta de las drogas y del alcohol para maquillar su soledad. Preocupada, obsesionada por su aspecto físico y por el abandono de sus amores, se convierte en una anoréxica. Su padre le profetizó que no la querrían más que por su dinero, y así fue gastó su dinero en ser querida: perfecto. Y lo pagó muy caro. Sus herederos más cercanos consiguieron que la justicia la declarara pródiga para que la fortuna no se agotase en hombres y otros placeres, y sus almacenes Woolworth se mantuvieran unidos como un viejo imperio.
El matrimonio de Cary Grant y Barabara Hutton se mantuvo entre 1942 y 1945.
Bárbara Hutton heredó con temprana edad una descomunal fortuna. Fue considerada por la prensa del momento como "La joven afortunada que lo tenía todo", y con los años adquirió otro apelativo, pasando a ser conocida como "Pobre Niña Rica". Los medios de comunicación corrían detrás de ella por todo el mundo. Una vida llena de lujos, hombres, alcohol y drogas. Se casó siete veces. Entre sus maridos estaban dos príncipes, un barón y el conocido actor y celebre galán de Hollywood Cary Grant Cary Grant, sin duda ha sido el más honesto. Los malos ratos en su vida sentimental le empujaron a convertirse en una excéntrica derrochando su dinero en caprichos así como en una compradora impetuosa y compulsiva de colecciones de joyas, vestidos de alta costura y de majestuosas mansiones en todo el mundo. Llegó incluso a construirse una mansión japonesa en México. Y en 1945, regaló al Gobierno de EE.UU. su mansión londinense de Hyde Park, Winfield House, que se convertiría en la sede de la nueva embajada estadounidense en Londres. Los fracasos de sus relaciones con sus siete maridos, sus amantes y la muerte de su único hijo Lance, del cual nunca se preocupó realmente, en un trágico accidente de aeroplano con solo treinta y seis años, la marcarían durante el resto de su vida. Desesperada, estaba casi siempre ebria, regalaba sus joyas a amigos y desconocidos, repartía cheques al portador, montaba increíbles fiestas y viajaba para huir de si misma malgastando su fortuna y su vida. Sus siete matrimonios fueron sonoros fracasos, uno tras otro, y lo peor los divorcios la llevaron a la bancarrota. Sus apariciones públicas en estado de embriaguez se repetían constantemente. Incluso comenzó a mantener relaciones sexuales con desconocidos y hombres más jóvenes, a veces hasta pagando con dinero o joyas. Una vida rota. ¿Quién se atreve a desvelar el verdadero alma de Barbara Hutton? Era una de esas mujeres que marcó con su inmensa fortuna, y con su desgraciada vida sentimental, la crónica de la "High Society" cosmopolita del siglo XX, convirtiéndose tras su muerte en una de las "Divas" míticas.
Nacida el 14 de noviembre de 1912 en Nueva York, Barbara Woolworth Hutton era hija de una de las tres herederas más ricas de EE.UU. Edna Woolworth, y de un afortunado broker de Wall Street, Franklyn Hutton. Por su madre era nieta del magnate neoyorkino Frank Winfield Woolworth, el empresario más rico de América y dueño de los almacenes Winfield & Woolworth. En 1916, su madre se suicida dejando huérfana a su única hija de cuatro años de edad. A partir del trágico suceso, Barbara pasará una triste infancia y una difícil adolescencia. En 1933, a sus veintiún años cumplidos, Barbara Woolworth Hutton era la mujer más rica del mundo y pasa a gestionar oficialmente su friolera e inmensa herencia que superaba los cincuenta millones de dólares. Pero, esa fortuna la sume en una inestabilidad emocional, en una soledad absoluta, en ser rodeada de envidias, de falsas amistades y de pretendientes que desean sacar partido y beneficios.
Esta "Pobre Niña Rica", casi siempre, se encontraba sola y vacía. Todo lo que le podía proporcionar su fortuna lo perdía en su aspecto emocional y sentimental. Ha sido una desgraciada heredera. Sus estados de ánimo rozaban la depresión crónica, hecho que la convertirá en una adicta de las drogas y del alcohol para maquillar su soledad. Preocupada, obsesionada por su aspecto físico y por el abandono de sus amores, se convierte en una anoréxica. Su padre le profetizó que no la querrían más que por su dinero, y así fue gastó su dinero en ser querida: perfecto. Y lo pagó muy caro. Sus herederos más cercanos consiguieron que la justicia la declarara pródiga para que la fortuna no se agotase en hombres y otros placeres, y sus almacenes Woolworth se mantuvieran unidos como un viejo imperio.
El matrimonio de Cary Grant y Barabara Hutton se mantuvo entre 1942 y 1945.
Arruinada, enferma y recluida en su habitación de un hotel de Los Ángeles en California, abandonada por todos aquellos amigos de horas felices, Barbara Hutton murió el 11 de mayo de 1979, a los 66 años de esad, en la más absoluta desidia, y siempre acechada por cuervos y carroñeros. Su única alegría la tuvo con el actor Cary Grant quien, preocupado por su situación, estuvo con ella hasta el final en un intento por reconfortarla. Cary Grant fue el único ex-marido de Barbara Hutton que no reclamó parte del poco dinero que legaba. Los demás se enzarzaron en pleitos judiciales para hacerse con un “miserable” puñado de dólares y parte de las joyas que aún conservaba en su caja fuerte.
VI LA PELICULA pOBRE NINA RICA Y ME IMPRESIONO BASTANTE LA PELICULA POBRE NINA RICA. CREO QUE LA FALTA DE AMOR VERDADERO INDUJO AL ERROR A BARBARA, A EQUIVOCARSE SIEMPRE EN SUS BUSQUEDAS DE FELICIDAD. LA DESGRACIA QUE PERSIGUE SIEMPRE A LOS MILLONARIOS SE DEBE A SU FALTA DE AUTOCONOCIMIENTO. LA CULPA NO ES DEL DINERO SINO DE QUIENES NO SABEN ADMINISTRARLO NI MANEJAR ACERTADAMENTE SU PROPIA VIDA.
ResponderEliminarYo hace muchos años vi la película, me fascino la vida de esta mujer, de hecho llevo años buscándola y no la he podido encontrar, alguien me podría ayudar de como encontrar la película? soy de Madrid, España, mi correo en darkos_1979@hotmail.es
ResponderEliminarAbdellatif ,mis abuelos vivieron en Tanger en los años 50 y lo recuerdan como una epoca fantastica de la ciudad,pero por lo que me cuentan lo era para los europeos,no tenia nada de cultura marroqui,por eso al marcharse ellos todo se termino,por eso no entiendo que vosotros añoreis esa epoca. Un cariñoso saludo, Ramon
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