Una de las películas más legendarias de todos los tiempos es “Casablanca”. Sin embargo toda la historia era totalmente impregnada del espíritu de encrucijada cosmopolita que tenía Tánger. La película está muy próxima a la ciudad y a la vida perra de Juanita Narboni, una vida reflejada en una desoladora novela escrita en estado de ebriedad, por Ángel Vázquez. Una historia que sucedió en una ciudad colonial, internacional, en la ciudad de Capote, de los Bowles, de Tennessee Wiliams... Una ciudad de ambiente cosmopolita típico de un puerto franco que Michael Curtiz retrató a la perfección, sólo que en lugar de llamar a su película Tánger la llamó Casablanca. La puesta en escena roza la perfección, eso gracias a los decorados, el ambiente turbio, la ambigüedad sexual de los actores, el humazo de tabaco y de kif, los distintos acentos de varios idiomas y nacionalidades… Un ambiente de la época, una libertad de los hombres y mujeres que se piropeaban y fleurteban entre ellos. Un desfile continuo de jovencitas y jovencitos adolescentes, un romanticismo nunca visto antes. Eran tiempos modernos. Creo que Casablanca es una película mítica. Pero hubo una época, un lugar y una historia que en realidad era Tánger.
La ciudad de Tánger fue la fuente de inspiración y modelo real de la película Casablanca. Tánger tenia un cierto encanto, aspecto plasmado con habilidad en el filme, entre marroquí, africano, europeo y oriental, una mezcla de los cuatro. Un mundo nuevo dentro de otro viejo, los bazares y los bares, los vendedores ambulantes y los bármanes de categoría, los encantadores de serpientes y los escritores y pintores, la Casbah y los bohemios, los cigarrillos rubio americano y los humos del kif, las blancas paredes y los palacetes de los hombres de negocios, el olor de hierbas y especias y las fragancias de los perfumes mas caros, los aromas de naranjos y limoneros y la libertad erótica, los sonidos de los Tambores y de las Ghaitas y la beat-generation, los callejones de la medina y los espías retirados. De colmo, rodeados de dos auténticos mares. Era una puesta en escena triunfante e impactante y encima, dándole la apariencia de una historia de amor de Oriente Medio. La descripción de los paisajes y en los diálogos de sus emotivos personajes que evoca la película Casablanca, esta cercana a un mundo colonial que tiene un peso evidente en el Tánger de 1935, donde dos hombres y una mujer protagonizan una particular historia de amor que se mezcla con una misteriosa trama detectivesca. No faltan en la obra las eternas pasiones humanas: la traición, los celos, el miedo a la muerte...
Aquel cine era una pintura de Tánger, era un paseo exclusivo a través de su resplandente luz y a través de las célebres fiestas nocturnas que protagonizaban todos los personajes citados arriba. La Casablanca de Michael Curtiz es un puro retrato de Tánger. Es un escenario de un delirio romántico, es un cruce de sueños de hombres y mujeres a través del pasado, futuro y aquel presente. Es el reflejo de la Vida perra de Juanita de Tánger en la interesante adaptación de la novela de Ángel Vázquez. La revisión de la vida y la historia de Tánger debe ser imprescindible. Casablanca era Tánger.
La decoración de El Ricks Caf'é Americain estaba inspirado en el Bar Del legendario y lujoso hotel Minzah. |
El título de la película estuvo en el aire hasta el último momento. Durante el rodaje, en aquella época, a finales de la segunda guerra mundial los aliados conquistan el norte de África, por supuesto Tánger, Orán y Casablanca. Influido por estos hechos, alguien decide proponer el nombre de la ciudad de Tánger como título, y es aceptado. Posteriormente, Roosvelt y Churchill tienen un encuentro de alto nivel en Casablanca, y Jack Warner, embebido en una euforia patriótica, se inclino por Casablanca y estuvo a punto de incluir los hechos de aquel mencionado encuentro en la película. En definitiva, eran razones políticas de última hora que impidieron poner Tánger como titulo. Su neutralidad política no pudo ganarle el pulso a una Casablanca que formaba parte de la Francia de Vichy, mientras que Estados Unidos se proponía unirse con los aliados. Había que atajar los ordenes. La ley de la selva.
La ciudad de Tánger fue la fuente de inspiración y modelo real de la película Casablanca. Tánger tenia un cierto encanto, aspecto plasmado con habilidad en el filme, entre marroquí, africano, europeo y oriental, una mezcla de los cuatro. Un mundo nuevo dentro de otro viejo, los bazares y los bares, los vendedores ambulantes y los bármanes de categoría, los encantadores de serpientes y los escritores y pintores, la Casbah y los bohemios, los cigarrillos rubio americano y los humos del kif, las blancas paredes y los palacetes de los hombres de negocios, el olor de hierbas y especias y las fragancias de los perfumes mas caros, los aromas de naranjos y limoneros y la libertad erótica, los sonidos de los Tambores y de las Ghaitas y la beat-generation, los callejones de la medina y los espías retirados. De colmo, rodeados de dos auténticos mares. Era una puesta en escena triunfante e impactante y encima, dándole la apariencia de una historia de amor de Oriente Medio. La descripción de los paisajes y en los diálogos de sus emotivos personajes que evoca la película Casablanca, esta cercana a un mundo colonial que tiene un peso evidente en el Tánger de 1935, donde dos hombres y una mujer protagonizan una particular historia de amor que se mezcla con una misteriosa trama detectivesca. No faltan en la obra las eternas pasiones humanas: la traición, los celos, el miedo a la muerte...
Aquel cine era una pintura de Tánger, era un paseo exclusivo a través de su resplandente luz y a través de las célebres fiestas nocturnas que protagonizaban todos los personajes citados arriba. La Casablanca de Michael Curtiz es un puro retrato de Tánger. Es un escenario de un delirio romántico, es un cruce de sueños de hombres y mujeres a través del pasado, futuro y aquel presente. Es el reflejo de la Vida perra de Juanita de Tánger en la interesante adaptación de la novela de Ángel Vázquez. La revisión de la vida y la historia de Tánger debe ser imprescindible. Casablanca era Tánger.
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