jueves, 29 de agosto de 2013

EN EL CAFÉ DE ABDELMAJID TZIRRI


En el corazón de Tánger, en el Kasbah se encuentra el emblemático Café de Abdelmajid Tzziri. Aquí nadie niega que todos sus músicos estén estupendos, cada uno para su edad, pero es curioso ver cómo van evolucionando cada uno con los años. Se reúnen todas las tardes para tocar, fieles cada uno a su estilo y su forma de vestir, de hablar, de cantar, de echar un pitillo, en definitiva, de estar. Se podía apreciar fácilmente que sus presencias son fruto de una mezcla de humildad y elegancia, patrimonio histórico de los tangerinos. No lucen ni estiramientos, ni dorados, ni ropa de alta gama. Tampoco tienen pinta de competir contra nadie ni entre ellos. Su repertorio está totalmente improvisado y no piensan tocar en ningún otro sitio, vendrán aquí todas las tardes mientras tengan las fuerzas suficientes para sostener sus instrumentos.


Aquella tarde me presente como Tangerexpress y como hijo de la medina, sintonizamos enseguida. Conocían a mis padres, a mis tíos y a mis abuelos, eso me abrió enseguida  las puertas de la conversación, de la confianza y de la soltura de contarnos anécdotas históricas de nuestras familias. No es un sitio clandestino o semiclandestino. El calor de agosto, la brisa del mediterráneo, el color de la Kasbah, el  olor de la loneta y del té, estos son los componentes del ambiente que reinaba antes de la actuación. Un silencio se adueña del lugar mientras nuestros artistas afinan los violines y laúd. Ocho espectadores de lujo no más, sólo una condición: pedir un té y si quieres dar una propina antes de marcharte para el bote del fondo común.

Podrían haber sido; míticos como la famosa banda británica Rolling Stones, cuyo líder Mick Jagger, tiene nada más y nada menos que 70 añitos; podrían haber recorrido medio mundo y actuar en centenares de conciertos; podrían sus rostros salir en las portadas de las revistas más selectas del globo; podrían estar sus vidas amorosas reflejadas en las revistas del corazón, o salir en la mismísima televisión o tener miles de fans. Para ellos, esta idea tentadora de megamilionaros se la pasan por el forro, todos ellos sin excepción, sólo disfrutan de todas las tardes en el Café de Abdelmajid Tzziri, del momento y de su afición a la rica y delicada música andalusí  y eso para ellos es de un valor semejante solo a la felicidad y a la libertad.

Bienvenidos al Café de Abdelmajid Tzziri.

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