Una de las puertas del Souk Fendak Chejra. Febrero de 2014. |
En el Souk Fendak Chejra se oyen cosas como en Mercadona: “¿Quién da más?, hoy tenemos bolsos de Gucci, último modelito… baratito”.
La inteligencia, ha dejado de ser un factor clave para sobrevivir. El proceso evolutivo nos está haciendo en realidad, cada vez más idiotas, nuestro coeficiente intelectual está en declive. La presión esta casi nula y la evolución es tremendamente nefasta a consecuencia de comer de gorra, estar mimados como reyes y conectados permanente en las redes sociales. La supervivencia ya no depende de nuestras propias virtudes si no de los demás. ¡Ojo! A los idiotas si no les pones de comer, arman la de San Quintín. Lo primero que tendríamos que preguntar es: ¿qué clase de idiotas somos? Quizás no lo seamos, quizás simplemente seamos vagos o tontos del culo. La única salida que nos queda es la mentira y el “tirar la piedra y esconder la mano”, así que nuestro rescate dependerá de quien nos pone de comer. Y así andamos; que si victimas, pobrecitos, indignados, abandonados, analfabetos, ignorantes… incluso me atrevería a decir que hasta estrangulados por falta de riego.
Souk Fendak Chejra es uno de los primeros edificios construidos fuera de las murallas de la antigua medina de Tánger. Data de la época colonial, y milagrosamente este lugar sigue atrayendo a gente de todas las esferas, residentes y turistas. Lo macabro es su estado, un patrimonio histórico en ruinas. Construido a principios del siglo XX, consta de la misma época que el famoso teatro Cervantes. Y, sin embargo, a pesar del abandono ha conservado su encanto y reputación. Actualmente es irreconocible debido a su avanzado estado de degradación. Esta ocupado por comercios de contrabando, comercios artesanales en la planta superior y lo peor, por viviendas infrahumanas.
Desde la independencia hasta la fecha no ha sufrido ninguna reforma urbanística. Está indecente, impresentable e incluso en condiciones inadmisibles. Por la noche, sirve de escondite asiduo para vagabundos, drogadictos y personas sin techo. La Agencia Urbana de Tánger anunció hace varios años, su mejora y su recalificación. Fueron planes de restauración y remodelación con el fin de mejorar su aspecto tradicional y convertirlo en un lugar para comercios y actividades culturales y turísticas. Las orejas han hecho oídos sordos y el proyecto está congelado desde entonces.
El Souk Fendak Chejra va a acabar pudriéndose, lo notarás nada más pisarlo porque parece un mísero mercadillo y un lugar para el populacho. Hace falta engrasarlo, lo que está ocurriendo ahí es algo muy parecido a un anunciado divorcio traumático entre la historia y el presente. Cuando estalle todo el mundo se girará a pensar en la presunción de inocencia. Luego están los que en teoría ejercen el poder. Para darle la vuelta a la tortilla, será muy difícil, por no decir imposible, lo mas probable será borrón y cuenta nueva. Por ahora los hechos dejan a todos en pelotas.
En principio este mensaje no le va a gustar nada a nadie, en mi opinión, ahí es justo donde deberíamos estar todos. Y cuando digo todos, es todos. Siempre hemos tenido la habilidad de empezar la casa por el tejado, estamos haciendo el ridículo con nuestra razón de ser. La verdad es que no culpo a nadie, si hemos llegado hasta aquí ha sido por el desmadre y lo desbordados que estamos frente a un sistema corrupto, de contrabando y de intereses puramente de coexistencia. Estamos rehenes a la vista gorda de las dos orillas, permitiendo el contrabando a tutiplén y por consecuencia, los inquilinos están aguantando y solo se preocupan de llevarse un bocado a la boca. Y aún así, Souk Fendak Chejra sigue pareciéndome querido.
Viviendas infrahumanas en el interior del Souk Fendak Chejra. Febrero de 2014. |
Paseando en su interior uno se da cuenta de la magnitud histórica que todavía acoge el Souk Fendak Chejra. Me pregunto cómo es posible que un mercadillo pueda albergar viviendas ilegales y tan miserables. Al acercarme para hacer una foto, mi hermana me advirtió de no dar ni un paso más, que tuviera cuidado y que era peligroso arrimarse demasiado. Me comentó que se trataba de gente marginada capaz de matar por esconder su dignidad. Sentí una fuerte sensación de miedo e inseguridad.
Palabras de Mohamed Choukri en el "El Pan Desnudo": "Al anochecer descubrí que podía dormir en el Fendak Chejra Era suficiente con pagar una peseta. Uno dormía donde podía. Había un establo. Los hombres dormían sobre el tejado, sobre el ganado. Fendak Chejra era un conjunto, un complejo rudimentario".
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