jueves, 15 de febrero de 2018

El Gatillazo

Foto A. Bouziane. Tánger. 28 mayo 2013.

Decía Woody Allen que el sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír. Sin embargo, encontrarnos con el temido “gatillazo” a muchos nos deja trastornados. Contra todo pronóstico, Tánger se despide. Te cuesta mucho escucharlo, has perdido la fe. Una apisonadora inclemente la aplasto. Hija bastarda. Las dudas, las ilusiones. Frutos ambos de su inseguridad y ambigüedad. 

Escucho abochornado el discurso sobre el contrabando, la piratería y la llegada de los chinos. Sigo sin entender nada. Las fuentes del conflicto siguen allí. Pienso que se equivocan y mucho al equiparar Tánger con un delincuente o con un canalla. Creo que el consumo excesivo de alcohol se debe a la depresión de sus habitantes. La experiencia de la industria en otros lugares nos ha demostrado que se puede hacer negocio en cuanto se trabaja a favor del trabajador y del consumidor final y que se puede hacer negocio en cuanto se trabaja a favor de la cultura y del patrimonio histórico.

Las calles llenas de yonquis enganchados. Las cosas ya no se fabrican como antes. Pero no se trata de tener muchos hijos, que se murieran unos cuantos y considerarlo lo más normal. Tánger ha dejado de escuchar a sus inquietudes, ha perdido la ilusión del niño que todos llevamos dentro. Resucitar o morir. Ya no somos lo que tenemos, ni siquiera lo que estudiamos. Tratamos, los auténticos tangerinos, de camuflarnos. Súbditos, comodines. Convertirse uno en un sujeto con un nuevo concepto de soledad. Todos sabemos hasta el momento que no hay ataúdes de dos plazas. ¡Que Dios nos coja confesados! El temido “gatillazo” si se repita hay que acudir a un especialista. No podemos dejar nuestro propio placer y nuestro futuro en manos de cualquiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradecemos de antemano su aportación.

Marruecos, La Meca de los homosexuales

Sufrimiento. Colección Esperanza. 2016. Acrílico sobre lienzo 60x80cm.  A principio de los 50´ fue realmente cuando Tánger se metió de lleno...