martes, 21 de agosto de 2018

ÁRABES O BEREBERES

Estatua de Táriq Ibn Ziyad. Marina Smir. Tetouan. Febrero 2014.
Foto Abdellatif Bouziane.

A diferencia de otros países africanos, Marruecos ha estado habitado desde tiempos remotos por los bereberes, o Imazighienes ("Hombres de la tierra" o “Hombres libres”). Se consideran como una de las primeras poblaciones del continente africano, se instalaron hace miles de años y llegaron a controlar casi todo el territorio comprendido entre la costa atlántica marroquí hasta el Oasis de Siwa en Egipto y desde la costa del mar Mediterráneo, hasta el Sahel, al sur de los países del Norte de África. Los bereberes, divididos en clanes y tribus, siempre han guardado celosamente su independencia, su libertad y su autonomía. Precisamente estas características les han ayudado a conservar una de las culturas más fascinantes del continente. Cabe destacar que las primeras referencias de su origen se pueden remontar al año 3.000 a.C, hay documentos egipcios, griegos y romanos que lo prueban.

Habitualmente la gente no sabe diferenciar entre árabes y bereberes, entre sus inclinaciones religiosas o sus origines y los meten a todos en el mismo saco. Los bereberes son los únicos y los auténticos nativos del Norte de África y no se sabe con exactitud su procedencia. Es la raza más antigua y numerosa del norte de África. Poseen sus culturas y sus dialectos propios, que nada tienen que ver con los de los árabes. En la actualidad, los bereberes representan un 1% de la población de Túnez, un 30% de la de Argelia y un 40% de la población de Marruecos.

Algunos historiadores clasificaron las razas y usaron motivos lingüísticos y no religiosos dividiendo la humanidad en tres troncos raciales, los arios (indoeuropeos: término que se refiere a pueblos que hablan un conjunto de lenguas con rasgos comunes desde la India hasta Europa), los semitas (árabes descendientes de Sem, hijo de Noé) y los camitas (bereberes descendientes de Cam el otro hijo de Noé). En Marruecos, muchos bereberes están mezclados con los árabes, de forma que resulta difícil distinguir unos de otros. Sin embargo, existen numerosas zonas donde los bereberes viven aislados en comunidades más o menos puras, en las cuales conservan tradiciones de gran valor etnológico.

Hesíodo (700 a.C.) poeta y considerado el primer filósofo griego defendía que los bereberes eran hijos de la diosa de la noche, por su piel oscura. Platón (427 a.C.) estaba convencido de que eran los mismísimos atlantes (pilares o columnas) y que eran los hombres más bellos del planeta. San Agustín (400 d.C.) teólogo cristiano creía que el origen de los mismos se encontraba en el pueblo caneo originario de una mezcla de palestinos con fenicios. Mientras que el sabio Ibn Jaldún (1350 d.C.) situaba el origen en el pueblo palestino, huido a occidente tras la batalla contra el rey David.

Los primeros bereberes de Marruecos se mantuvieron inalterables ante las invasiones de los colonos fenicios, cartaginenses e incluso los romanos no consiguieron alterar su modo de vida. Finalmente se vieron obligados a huir, a convertirse en nómadas y desplazarse al sur del país. Fue cuando iniciaron un gran recorrido por la geografía africana intentando escapar de los brutales ataques de los invasores. Lo que les convirtió en nómadas con un conocimiento perfecto del desierto, por su difícil climatología. Este atributo ha hecho que los bereberes sean excelentes viajeros y comerciantes. Actualmente, y curiosamente, el dialecto bereber del sur difiere totalmente al del bereber rifeño del norte de Marruecos.

El Islam irrumpió en la escena mundial en el siglo VII, cuando los ejércitos árabes cruzaron su frontera. Conquistaron rápidamente Egipto y llegaron a controlar todo el norte de África hacia principios del siglo VIII y más tarde parte de Europa. Los bereberes se convirtieron al islam rápidamente sin resistencia y de una forma masiva. Aunque la manera como lo hicieron es muy discutible, debido a la naturaleza y el carácter bélico atrevido y enérgico de los bereberes demostrado anteriormente contra los invasores. Pocos años después, un explorador fue mandado para sondear la parte sur de la Península ibérica, se llamaba Tarif ben Malek natural del Rif. El nombre de Tarifa se atribuye a él. Y más tarde un fortuito Táriq Ibn Ziyad (Gibraltar (Jabal Táriq) lleva su nombre)  acompañado de 12000 bereberes y sólo 500 árabes, o sea una presencia de bereberes considerable, empezó la conquista europea. La invasión y dominación musulmana de España fue perpetrada, principalmente, por bereberes dirigidos por árabes.

Los rifeños son los bereberes habitantes del Rif. El Rif es la región o exactamente la cordillera que se extiende a lo largo de la costa mediterránea  desde la ciudad de Tánger (Marruecos) hasta la frontera con Argelia. Los rifeños con un dialecto propio, difieren al resto de los bereberes del sur de Marruecos. Se dice que son originarios de los barbaros nórdicos y eso se refleja mucho en su elevado porcentaje de población rubia y piel blanca así como en los matices de su dialecto.

El bereber del Rif , siempre se ha relacionado con la vida rural, campesina y montañosa, pero su significado real en la lengua árabe y en su propio  dialecto, es lo contrario, se trata de un lugar llano cerca del agua. Cabe destacar que las primeras referencias sobre este término en las fuentes árabes del siglo XII apuntan que en la Edad Media los rifeños tuvieron importantes ciudades y centros urbanos cerca de Ceuta. A finales del siglo XIX se introdujeron los comerciantes europeos en el territorio marroquí. Con ello se abrió una nueva y larga etapa de renovaciones coloniales. Surgió entonces el interés de Francia, España y Alemania por invadirlo debido a su situación estratégica y a su riqueza en recursos naturales y por supuesto por su debilidad política. En la Conferencia Internacional de Algeciras en 1912 se firmaron los acuerdos de que España y Francia ejercieran un protectorado en Marruecos. España mantuvo un pequeño protectorado norteño y otro en el Sahara occidental. Tánger tuvo suerte y fue declarada territorio internacional.

Durante este período de ocupación se respetaron todo tipo de culturas; árabe, judía, bereber. Incluso los colonos potenciaron y financiaron todo tipo de sectas religiosas y santuarios. Eso les permitió distraer y dejar la población enfrentada entre sí con multitud de problemas religiosos y sectarios. Eran los principios básicos del colonialismo imperialista y capitalista. El sultán permaneció, pero apenas como una figura simbólica. Este dominio llevo mucha gente a creer en la manipulación y empezó la lucha en las montañas del Rif, encabezada por el sabio y guerrero bereber Abdel Krim, contra las fuerzas de ocupación española. Que, finalmente y después de una brutal y feroz resistencia, acabó con la rendición de Abdel Krim y sus fieles en 1926 pidiendo el exilio en Egipto. Durante la Segunda Guerra Mundial las fuerzas aliadas utilizaron el país como base desde la cual los aliados combatieron a los alemanes desde del norte de África. Incluso se utilizaron indígenas inexpertos, entre ellos muchos bereberes, enviándolos a primeras líneas de fuego.

En las últimas décadas se produjeron varias manifestaciones y muchas protestas de diferentes movimientos sociales bereberes, también de partidos políticos bereberes, revindicando su lengua y obligando a los sistemas educativos gubernamentales de Marruecos y Argelia a crear organismos para la investigación y difusión de sus culturas. 

1 comentario:

  1. Me parece un tema fascinante. Gracias por compartirlo. Has despertado mi curiosidad.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

    ResponderEliminar

Le agradecemos de antemano su aportación.

Marruecos, La Meca de los homosexuales

Sufrimiento. Colección Esperanza. 2016. Acrílico sobre lienzo 60x80cm.  A principio de los 50´ fue realmente cuando Tánger se metió de lleno...